Entre los tebeos de nuestra infancia había dos publicaciones peculiares: Pumby y Jaimito. Eran diferentes de las de la editorial Bruguera (Pulgarcito, p. e.) y el TBO. Después nos enteraríamos de que eran tebeos cien por cien de Valencia y que, además, se habla de una escuela de historietistas valencianos clásicos que tuvo una segunda promoción en los años ochenta del pasado siglo.