Autor: Jesús Gisbert
«La forma de arte más popular del mundo»
Este es el subtítulo del libro de Will Eisner Comics & Sequential Art en su edición de 1990 (hay una previa de 1985), publicada entre nosotros por Norma Editorial en 2002 con el título El cómic y el arte secuencial. La frase en nuestro idioma quedó así:
Aline Kominsky-Crumb, autora completa
«De hecho, Binky Brown conoce a la virgen María, el revolucionario cómic de Justin Green que suele reconocerse como la primera obra autobiográfica, sobre el sentimiento de culpabilidad católico y el trastorno obsesivo compulsivo, no apareció hasta 1972. Más tarde, ese año, Kominsky-Crumb, inspirada por Green, publicó los primeros tebeos autobiográficos creados por una mujer.»
Los ojos del museo
El Museo, libro escrito por Jorge Carrión y dibujado por Sagar (Forniés) es un artefacto visual que se inscribe, en la medida en que combina secuencialmente texto e imagen, en el territorio de la historieta o cómic. En principio, en su lectura más plana, es una historia del MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya) que obedece a un encargo institucional. Pero es también y sobre todo, o al menos así me lo ha parecido a mí, un ensayo sobre la mirada, en perfecta consonancia con los estudios visuales que se enmarcan en el amplio paradigma de la cultura visual y pretenden dar cuenta de ella.
El juego de Harkham
Empezando por el título, es inevitable pensar que estamos ante un juego lingüístico de cariz wittgensteiniano. De igual modo que el significado de «Yo tengo que preocuparme por el interés de mis acciones» no es el mismo si lo enuncia un activista que si lo dice un rentista, también la expresión «La sangre de la virgen» está sujeta a diferentes interpretaciones en función del juego en que se pronuncie. Lo dejaremos así para no destripar la trama.
‘Boomers’ y la cotidianidad
La paradoja JC Menu
‘La narración figurativa’, de Antonio Altarriba
En el artículo que enlazo a continuación realizo un análisis de La narración figurativa, el libro que recoge la tesis doctoral que Antonio Altarriba defendió en 1981 y que se publicó por vez primera hace unos meses, en 2022.
Posmemoria de la crueldad
En María la Jabalina, la línea dura y tierna a la vez de Cristina Durán, junto al guion y el color de Miguel A. Giner Bou, reconstruye la biografía de un personaje real justamente recuperado: María del Milagro Pérez Lacruz, apodada «La Jabalina». La desgracia se cebó en esta joven miliciana del Puerto de Sagunto, cruelmente fusilada a los 25 años de edad por nada más que por la sevicia que los vencedores mostraron ante los vencidos tras la guerra civil. Durán (n. 1970) y Giner (n. 1969), valencianos (de Benetússer) los dos, rememoran al servicio de la posmemoria una vida segada por la crueldad.
¿El primer cómic autobiográfico?
Leo en un prefacio escrito por David Vandermeulen que a Ramon Llull le debemos, entre otras cosas originales, la invención del cómic autobiográfico. «Llull hizo realizar en París», escribe Vandermeulen, «una historia de su vida en dibujos que contienen todos los elementos del cómic actual: viñetas [cases], filacterias y secuencias narrativas»¹.
La autobiografía referida es Vida coetània (Vita coetanea, en el original latino) de Ramon Llull (1232-1316), el «Doctor Iluminado». Se trata de un texto dictado en 1311 por Llull probablemente a un monje desconocido en la cartuja de Vauvert (París). Por su parte, Thomas Le Myésier, canónigo de Arras y médico en la corte de la condesa Mahaut d’Artois, madre de la reina consorte de Francia, fue un discípulo directo de Llull. A Le Myésier se le debe la realización de un códice miniado, el Electorium Parvum Seu Breviculum, que compila la obra del mallorquín y resume su pensamiento. El Breviculum incluye doce ilustraciones de la Vita Coetanea de Ramon Llull, realizadas hacia 1325 por un pintor anónimo de la corte de Mahaut por iniciativa de Thomas Le Myésier. Es a estas ilustraciones del Breviculum a las que se refiere Vandermeulen en su cita.
Aunque el Breviculum no es obra de Ramon Llull, sí lo es su contenido. La discusión acerca de si las ilustraciones de la Vida coetània que contiene realmente constituyen el primer cómic autobiográfico se enmarca en el entorno de la búsqueda de los orígenes de la historieta en general, lo cual a su vez presupone que está claro qué es lo que se busca. Una cosa es el cómic entendido como un producto cultural de difusión masiva y como tal sometido a las leyes de la industria y el mercado, y otra cosa es el asunto del lenguaje específico empleado por esa manifestación cultural. La Vita coetanea representada en el Breviculum no es un cómic en el primer sentido apuntado, al menos en su origen, pues se trata de un conjunto de ilustraciones insertas en un códice miniado y manuscrito del siglo XIV. No obstante, la forma en que está representada la Vita coetanea en esas láminas sí se atiene al lenguaje específico empleado en el arte de la historieta, ya que contiene imágenes, filacterias y secuencias narrativas, tal y como indica David Vandermeulen. Dejaremos para otro día el comentario acerca de la pertinencia de la narración en los cómics
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(1) En Jean-Noël Lafargue y Marion Montaigne: L’intelligence artificielle. Bruselas, Les Éditions du Lombard, 2016, p. 10.