Crumb, catolicismo y neurosis

Igual que Justin Green, Robert Crumb recibió una educación fuertemente católica. Y en los dos autores pareció cobrar cuerpo el silogismo que afirma que si la represión produce neurosis y el catolicismo impone la represión, entonces el catolicismo provoca neurosis.

Esta represión de que hablamos es específicamente interna (no es tanto que el reprimido no lo haga, sino que no lo piense), de modo que en el proceso de liberación a través de la imagen llevado a cabo por Crumb en su obra, no es raro que éste, como ya hiciera Nietzsche, acabara identificando la represión católica con la castración.

Sea como terapia, sea como exorcismo, sea como liberación, sea como simple broma, sea todo a la vez, R. Crumb pobló su obra de representaciones fantasmáticas en las que el icono dominante era el de una mujer primigenia, arquetípica, giganta, objeto de realización de las fantasías de un hombre raquítico (casi siempre el propio Crumb autoparodiado), fantasías que no excluyen el estrujamiento y otras formas de ensoñación sexual un tanto infantil, incluido el fetichismo, en las que el sujeto del delirio actuante goza de la pasividad femenina.

Es normal que estas formas de representación alertasen a los vigilantes de la corrección política, feministas incluidas. En el mejor de los casos, Crumb era tildado de misógino. En otras ocasiones, se le imputaban adjetivos como machista, sádico, procaz, obseso, depravado, etc. Incluso racista. Este texto de Xavi M. Dapena en Tebeosfera, «Sexo o misoginia según R. Crumb», da cuenta de ello:

http://www.tebeosfera.com/documentos/textos/sexo_o_misoginia_segun_r_crumb.html#_ftnref5 

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