Formatos

 … David B. … es uno de los autores que rompieron con la tradición del cómic francobelga «48CC», esto es, el editado en álbumes de cuarenta y ocho páginas en color y encuadernados con tapa dura (cartoné).

Una parte sustancial del conocimiento del medio llamado narrativa visual o gráfica, o noveno arte, consiste en discernir los diferentes formatos en que se presenta dicho arte. No por puro diletantismo, sino porque hay asociadas implicaciones diversas a cada uno de los formatos.

Dichas implicaciones conciernen no solo a estilos, temas y géneros, sino también a procesos de realización y edición e incluso a distinciones geográficas o nacionales.

En este enlace que dejo hay una aceptable presentación de los principales formatos en el mundo del cómic:

http://creandocomics.blogspot.com.es/search/label/Formatos

Cuando los factores e intereses económicos y de mercado imponen su inercia sobre el medio, los formatos se convierten en moldes prefigurados que, más que condicionar, determinan la actividad de todos los que intervienen en los procesos de producción y distribución de tebeos.

Y así, cuando arriba escribo que David B. es uno de los autores que rompieron con la tradición del cómic francobelga «48CC», la cosa no se reduce a cambiar simplemente de formato. Y mucho menos, el aserto significa que el formato en cuestión haya desaparecido del ámbito de la BD (bande dessinée), siendo sustituido por otros formatos. En realidad, lo que hicieron David B. y otros autores como Lewis Trondheim, Joann Sfar y Emmanuel Guibert fue ampliar y enriquecer ese ámbito introduciendo nuevas materias narrativas más allá de la presión de los géneros, nuevas perspectivas, nuevos planteamientos formales, nuevas formas de escribir la historieta… e introduciendo también nuevos formatos.

Pero la fórmula «XCC» continúa y sigue dando buenos resultados en BD. Es una delicia leer en ese formato, por ejemplo, las novelas de Cava y Seguí o los relatos de Canales y Guarnido (Blacksad). Y son obras que se ajustan al formato XCC debido a que están publicadas originalmente en Francia y sus derechos pertenecen a las respectivas editoriales de allí. Pero son en todo caso un regalo visual (incluso yo diría que táctil y hasta olfativo), además de narrativo. Su lectura, en fin, es una gozada.

Y hablando de formatos, dejo como curiosidad la imagen de  un cómic editado en formato «banda de Moebius»:

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